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El Miedo a Ser Feliz (Querofobia)


Una persona con este trastorno tiene un miedo inexplicable a todo aquello que le aporta alegría o felicidad.

Tener una casa bonita, conseguir un buen trabajo, formar una familia o recorrer el mundo. A pesar de que cada persona cuenta con sus metas y sueños personales, la inmensa mayoría emprende determinadas acciones con el objetivo de alcanzar una única meta: la felicidad

Sin embargo, y aunque cueste creer que pueda ser real, existen personas que tienen un miedo inexplicable a todo aquello que les aporta alegría o felicidad. Se llama querofobia, un nuevo trastorno que se manifiesta en forma de ansiedad.

Una persona con querofobia considera que, a algo bueno, le sigue automáticamente algo malo. Es decir, que ser feliz significa que algo malo sucederá.

Abordamos de forma frecuente dentro del marco psicoterapéutico todo lo que tiene que ver con la regulación emocional en cuanto a nuestros afectos negativos, no obstante, no hay tanta mirada depositada en otra parcela igualmente importante: la de saber aproximarnos a nuestros estados emocionales positivos o de felicidad, ni se explica tampoco como desarrollar una relación con ellos y aprender a regularlos.



¿Qué entendemos por regularnos?


Es la habilidad para estar abierto a los sentimientos, modular los propios y los de los demás, así como promover la comprensión y el crecimiento personal.

Pero para poder regular, primero es conveniente que sepamos acercarnos, acercarnos bien, de tal forma que la aproximación a estos sentimientos no nos produzca algo incomodo. Porque paradójicamente, podemos experimentar algo ingrato en lo bueno, algo aversivo, algo que incomoda.

Estudios recientes han confirmado lo que en la práctica clínica y de desarrollo personal, ya veníamos trabajando, precisamente esto, que a ciertas personas lo que les asusta es el bienestar, por lo que sentimientos como seguridad, disfrute y felicidad, disparan sentimientos de temor.

Según (DSM-5), está fobia no está reconocida como un desorden mental, sino como un nuevo trastorno que se manifiesta en forma de ansiedad. Pero quienes padecen de querofobia no necesariamente se presentan como personas tristes, pero sí que evitan situaciones que les proporcionen felicidad.

Parece difícil de creer que existen personas con un miedo genuino a ser felices, pero estas personas creen que después de vivir eventos de felicidad pasará algo trágico, y desarrollan la teoría de que la felicidad no es duradera ni positiva; es así como crean el miedo a la felicidad, con la justificación de auto protegerse de que algo malo o negativo les suceda.

Las Personas que experimentan querofobia insistentemente piensan en como una situación de felicidad puede convertirse en infelicidad, y así empiezan a apartarse no solo de eventos, sino también de personas y lugares en los cuales podrían disfrutar, y aunque en algún momento estas personas quisieran disfrutar de algún evento que proporcione felicidad, el miedo que esto representa los inhabilita.

Dentro de las técnicas aplicadas para sobrellevar y superar esta fobia, es con terapia psicológica, Neuro-Lingüística Aplicada, Terapia Cognitiva Conductual, Mindfulness, estrategias de relajación, como respiración profunda, ejercicios de exposición a eventos que provocan felicidad, terapias grupales han demostrado ser de gran ayuda.

Es importante aumentar la confianza en sí mismo definiendo lo que significa la felicidad y convenciéndose de que la felicidad es una prioridad merecida, reconocer que limitarse y aislarse no es saludable.

Crear metas positivas con plan de acción para cuando los pensamientos y sentimientos de miedo y negatividad se hagan presente.

Realizar actividades que proporcionen ese sentimiento de paz y ser amable consigo mismo aprendiendo y practicando amor propio, perdón y empatía para consigo.

Aceptar que la decepción es también un sentimiento y asimilar la vida como experiencia de aprendizaje en la cual no hay pérdidas ni culpabilidad.

Entre las razones para temer las emociones placenteras o de felicidad se encuentra el sentimiento de no ser merecedoras de ello o la creencia interna de que la buena fortuna viene siempre acompañada de una inevitable pérdida.


La dificultad de procesar emociones placenteras


Cuando hablamos de procesar, de familiarizarnos con aquellos estados que de forma natural se instalan en nosotros. Para que esto se dé, tiene que haber unas condiciones internas que nos permitan llevarlo a cabo.

Las emociones que definimos en este pod como positivas permiten a los sujetos ampliar sus perspectivas, construir sus propios recursos y enfrentar las adversidades, con un alto impacto en los procesos cognitivos y sociales.

Sin embargo, en algunas personas existe el temor a este sentir, algo que está relacionado con un alto nivel de autocrítica, depresión, ansiedad y estrés.

Todo esto nos hace pensar, que es muy importante no poner solamente el foco en nuestra relación con las emociones negativas, sino en el déficit de recursos o elementos positivos.

Una de las características protagonistas en este alejamiento de lo positivo sería la autocrítica.

La autocrítica estaría en un lugar muy alejado de la autocompasión, por no decir el opuesto. Cuando una persona es altamente autocrítica, le resulta muy difícil relacionarse con sus propios sentimientos, sobre todo positivos, de los que hasta puede avergonzarse.

Ejemplos de casos de querofobia podrían ser:

o Miedo a compartir eventos sociales.

  • Miedo a tener casa propia.

  • Deseos de formar una familia, pero miedo a tenerla.


Un clásico ejemplo y que probablemente lo hemos escuchado o visto en relaciones de pareja es cuando la relación se encuentra de alguna manera estable y alegre, la persona que experimenta querofobia empezara a manifestar reacciones negativas producidas por el miedo y la ansiedad de la felicidad venidera.


Los síntomas de quienes sufren de querofobia son los siguientes:

1.- Ansiedad inexplicable cuando son invitados a eventos sociales. La idea de disfrutar, compartir y sentir alegría les aterroriza. No debe confundirse son Ansiedad Social. Aquí el acento esta en miedo a disfrutar, sentir alegría. Y no al que pensara la gente o al no estaré a la altura.

2.- Responden negativamente a oportunidades que podrían proporcionar positivismo, ya que bajo esta condición las personas que son diagnosticadas con querofobia normalmente se restringen y se aíslan de las cosas alegres de la vida, reusándose a participar de actividades divertidas.

3.- Asocian la alegría con tragedia.

4.- Sentimientos de culpabilidad si disfrutan de algún evento, sintiendo que la felicidad los podría convertir en malas personas.

5. - Les resulta complicado explicar sus temores causados por la idea de la felicidad, muchas personas han explicado que tienen temor que a sus familiares o amigos sufran situaciones negativas como consecuencia directa de su disfrute o felicidad.

Tuve un paciente que solo podía viajar por trabajo y nunca se quedaba para hacer algo de turismo por miedo a que sus padres, hermanos o pareja pudieran morirse por el hecho de estar pasando lo bien. Ya que en su primer viaje de vacaciones a Londres con la novia su abuela había fallecido repentinamente.


¿Cómo aproximarnos a lo agradable y a las emociones positivas?

Como decíamos anteriormente, exponerse de forma brusca a situaciones agradables puede resultar muy abrumador.

Dentro de las técnicas aplicadas para sobrellevar y superar esta fobia, es con terapia psicológica, Terapia Breve estratégica, Terapia Cognitiva Conductual, Mindfulness, estrategias de relajación, como respiración profunda, ejercicios de exposición a eventos que provocan felicidad y terapias grupales han demostrado ser de gran ayuda.

Es importante aumentar la confianza en sí mismo definiendo lo que significa la felicidad y convenciéndose de que la felicidad es una prioridad merecida, reconocer que limitarse y aislarse no es saludable.

Crear metas positivas con plan de acción para cuando los pensamientos y sentimientos de miedo y negatividad se hagan presente.

Realizar actividades que proporcionen ese sentimiento de paz y ser amable consigo mismo aprendiendo y practicando amor propio, perdón y empatía para consigo.

Aceptar que la decepción es también un sentimiento y asimilar la vida como experiencia de aprendizaje en la cual no hay pérdidas ni culpabilidad.

Sería interesante poder observar la posibilidad de concedernos un espacio para realizar entrenamientos de acercamiento a nuestra propia conciencia plena, es decir, a una forma de observación asociada a la forma de procesar lo que sentimos.

La práctica del Mindfulness nos posibilita familiarizarnos con la experiencia interna y con los propios pensamientos y sensaciones corporales.

Dentro de este espacio, podemos ir percibiendo paulatinamente emociones en objetos, arte, historias, música y otros estímulos, que, nos brinden la posibilidad de ir adquiriendo la comprensión de las experiencias afectivas propias e incluso construir nuevos significados en nuestros afectos.

Nombrar las emociones, ajustar los afectos alterados y expresar de forma interna o externa serían elementos interesantes a tener en cuenta para ir generando una especie de homeostasis interna y así ir reconstruyendo la mirada hacia aquello que de forma previa nos atemoriza.

Ha de tenerse en cuenta que el alejamiento de lo que nos causa dolor es el mecanismo principal de nuestro psiquismo, por lo que, para lanzarse a explorar terrenos desconocidos o amenazantes, nos es necesario que se den unas condiciones de seguridad.

Estos sentimientos de seguridad pueden proveer unos lazos afectivos estables que además se asocian con el desarrollo de competencias como la empatía, la capacidad de reflexionar y la tolerancia, pero también con la aparición de la curiosidad y conductas exploratorias.

Para entender la regulación de nuestros afectos es necesario entender la experiencia subjetiva.

Tener estas vivencias nos remonta a nuestra forma de relacionarnos de forma temprana con el mundo, con nuestros cuidadores de referencia y con la mirada puesta en nosotros.

Al ser sensaciones tan arraigadas, nos es necesario reaprender de forma pausada y recuperar una y otra vez la forma de relacionarnos de manera más compasiva con el mundo y sobre todo con nosotros mismos.



Hoy solo os recomiendo un libro:

Y os prometo un monográfico sobre este maravilloso tratado de humanidad que nos explica lo que es y no es la felicidad.

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