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Cómo reconocer y tratar a un manipulador

 




Cómo reconocer y tratar a un manipulador y una de las técnicas que suelen utilizar más a menudo el Perspecticidio.


Es un tema que está muy de moda, en todas partes se habla y escribe sobre gente toxica o narcisista. Da la sensación de que de repente todo el mundo es una cosa u otra, pero en realidad los manipuladores/as han estado entre nosotros desde que la sociedad existe y hablamos.

Y todos en mayor o menor medida hemos manipulado a los demás y sufrido manipulación de personas cercanas.

Es difícil reconocer a un manipulador a primera vista, ya que suelen mostrarse cautivadores y confiables. Sin embargo, su actitud suele general culpa y malestar en sus víctimas.

El manipulador tiene una asombrosa habilidad, un sofisticado mecanismo de actuación casi infalible. Sabe influir en nosotros, conoce qué piezas tocar, qué decir y qué callar para alcanzar el pleno control sobre nuestras emociones. Reconocer sus técnicas y artimañas a tiempo nos puede salvar de situaciones de gran desgaste personal y sufrimiento.

Hay quien dice que existe un delgada la línea entre una persona que pide ayuda frente a quien manipula al otro para obtener su control. En este último caso, ve al prójimo como un objeto, una mercancía, una cosa, un recurso para aprovechar.

Son egoístas y utilizan diversos métodos para apelar al otro mediante diversas estrategias: la ilusión, el chantaje, el victimismo, la desvalorización, la burla sutil frente a los demás…

Existen muchos motivos por las que un hombre o una mujer recurre a la manipulación. Por ejemplo, a veces suele esconderse la simple comodidad, el miedo o la autoafirmación. 

Incluso en las relaciones maternofiliales se esgrime el bien común familiar, aunque este solo signifique la tranquilidad materna o paterna.

Utilizan las mentiras y las promesas incumplidas para alcanzar sus objetivos y obtener el poder sobre nosotros.

Saber identificar sus métodos nos permitirá tomar ventaja frente a ellos y así garantizar nuestro equilibrio personal.

 

 9 señales

Todos queremos satisfacer nuestras necesidades, porque en cierto modo, cada uno de nosotros tenemos aspiraciones, metas y carencias. Ahora bien, la mayoría sabemos y podemos autoabastecernos. Es decir, alcanzamos esos propósitos sin pasar por encima de nadie, sin vulnerar y sin hacer daño.

Sin embargo, el manipulador prefiere el camino más corto. 

Para ello utiliza tácticas indirectas, engañosas y altamente abusivas, que suelen pasar desapercibidas por sus víctimas. Pues, la manipulación se camufla con acciones bienintencionadas; se reviste de preocupaciones y emociones profundas para ganarse nuestra confianza y desplegar después sus intenciones.

Es más, es probable que en este momento tengamos a nuestro lado a un manipulador; alguien que nos intimida educadamente, que busca sacar algo de nosotros camuflado de mejor amigo, de excelente compañero de trabajo o, incluso, de admirable pareja… 

Veamos por tanto de qué artimañas se sirve.

 

1. La técnica del pie en la puerta

La técnica del pie en la puerta es sin duda el recurso más común. Es ese que debemos aprender a identificar lo antes posible.

Se trata de lo siguiente: el manipulador nos pide un favor, uno simple, casi insignificante y que no nos cuesta nada satisfacer. Sin embargo, al poco aparece la demanda real, la solicitud tamaño XXL que llega sin que la esperemos.

Ahora bien, en caso de que nos neguemos o protestemos, el manipulador se pondrá a la defensiva y empezará a echarnos en cara las más variadas quejas y reproches para hundirnos emocionalmente.


2. Experto en el arte de la mentira

Tiene una gran capacidad para mentir, de hecho, es un profesional.  

Lo más llamativo es que ha desarrollado la habilidad del engaño por su incapacidad para empatizar con la persona que tiene delante.

No conecta con las realidades ajenas, no es capaz de ponerse en otras pieles. Y si lo hace, es solo para conocer nuestros puntos débiles y usarlos a su favor. Es un gran profesional en el arte de retorcer la realidad a su antojo para llevarla justo al sitio ideal donde su persona pueda quedar “mejor parada”. Él o ella siempre ganan.

 

3. La falsa preocupación

Dentro de las estrategias más clásicas de la manipulación emocional, está la falsa preocupación.

El manipulador o la manipuladora, no dudará en mostrarse atento, cortés y delicadamente amable. Además de agasajarnos, es común que dirija la preocupación constante por nosotros hacia saber cómo estamos, qué nos preocupa, cómo nos hemos levantado o qué puede hacer por ayudarnos.

Debemos estar alerta con estas dinámicas porque con ello consigue varias cosas.

La primera, que conectemos emocionalmente con ellos. La segunda, tener puntos a su favor para luego reprocharnos lo poco que hacemos por su persona, cuando ellos en cambio han hecho mucho por nosotros…

 

4. El halago, el refuerzo positivo del manipulador

Se trata de una de las habilidades del manipulador más interesantes. Lo sabe hacer muy bien. Siempre sabrá qué palabra decir, qué frase utilizar o qué comentario hacer sobre ti en público para hacerte sentir especial y ganarse tu confianza. No te dejes llevar por aquellos que te halagan tan fácilmente o de forma constante. Tras esos refuerzos positivos se camuflan intenciones ocultas.

 

5. El uso de la culpa como estrategia más dañina

Con todo lo que he hecho por ti ¿ahora me dices esto? 

Esta es sin duda una de las frases más usadas por el manipulador, no duda en proyectar sobre nosotros todo el peso del mundo, toda la responsabilidad y mala fe. Nos hará creer que no tenemos corazón, que descuidamos a las personas que más queremos y que actuamos con un elevado grado de egoísmo.

Hay que poner filtros y no dejarnos avasallar. Es más, otra artimaña habitual es crear aliados imaginarios para crear mayor impacto emocional en nosotros: “pues debes saber que mis compañeros de trabajo opinan también que eres una mala amiga, que siempre vas a tu aire y no tienes en cuenta a nadie”.


6. La promesas que no se cumplen

Nos alimentarán de ilusiones, de promesas, de amistad eterna, de un amor imperecedero, de proyectos excepcionales… 

Alzarán frente a nosotros un auténtico castillo de naipes que se desvanecerá cuando menos lo esperemos, justo cuando el manipulador deje a la vista sus auténticas intenciones.


7. Victimización

Problemas personales súbitos y trágicos, dificultades económicas, su cansancio, su dolor, sus preocupaciones profundas que no pueden compararse con las nuestras, todo lo que le ocurre siempre es más que lo nuestro…

El manipulador hace uso del recurso de la victimización con gran eficacia para tenernos bajo su control. Ahora bien, no solo apela a nuestras emociones, sino que hace servir la inmediatez y la urgencia: necesito esto y lo necesito ahora, lo mío importa más que lo tuyo.


8. Las emociones siempre a su servicio

Este es otro de los recursos que utiliza un manipulador con experiencia, es donde poner a su favor todo nuestro tejido emocional.

 La vida al lado de un manipulador es como vivir en una montaña rusa: todo son subidas y bajadas, días de intensa afectuosidad y momentos donde afila la frialdad más amenazante, siendo ahí donde aparece la demanda, la necesidad que satisfacer y el objetivo que cumplir.

En caso de negarnos volcarán sobre nosotros los reproches, la culpa, el desprecio…

“¿Mira lo que has hecho”, “yo nunca te trato tan mal”, “por qué no me has llamado?” Son frases que un manipulador utiliza para atemorizar a su víctima.

 

9. La sombra donde se esconde el manipulador

El auténtico manipulador no solo esconde información sobre su intimidad, sino que él mismo desaparece y se agazapa en donde no hay luz para poder analizar mejor a la víctima.

Hasta es posible que utilice a otras personas para buscar datos de su próxima presa (otro manipulado).

No podemos olvidar que muchos de estos perfiles llevan años ejerciendo estas dinámicas. Las han mejorado, son sofisticados y han aprendido de su experiencia.

Recordemos que no son personas honestas, ni transparentes, ni responsables. No dudan en esparcir chismes o calumniar a alguien para obtener lo que desean. 

Enredan a la gente en suposiciones, exageran hechos y colocan algunos “ingredientes” propios para crear relatos ficticios de los que obtener algo a cambio.


¿Cómo tratar a un manipulador?

Debemos prestar atención a estas estrategias. En el momento en que aparezca más de una y se repita con frecuencia hay que empezar a poner límites, distancia y escudos adecuados para protegernos de esas conductas.

 

Evita que el chantaje te genere culpa o malestar

Recuerda que busca que sintamos culpa, miedo o malestar para poder tener control sobre nosotros; pues, nuestra sumisión lo fortalece. Por tanto, debemos impedir que sus palabras y acciones nos hagan sentir de esa manera. De no ser así, terminaremos actuando bajo miedo, obligación o presión.

Fortalece tu asertividad y autoestima

Es importante que adquiramos estrategias y recursos personales que nos permitan cambiar y gestionar la situación de manera proactiva. Para ello, es importante trabajar la autoestima, ya que nos permitirá sentirnos fuertes, reduciendo nuestras inseguridades y culpas.

Por otra parte, entrenar nuestra asertividad es vital para que podamos expresar nuestros deseos y opiniones de una forma clara, directa y sin recurrir a faltas de respeto.

En otras palabras, la asertividad facilitará la comunicación con el manipulador; convirtiéndola en un intercambio amable, natural y respetuoso, donde se validen las emociones y sentimientos tanto del manipulador como de nosotros mismos, y se le haga entender que no va a ser posible cumplir sus peticiones a pesar de la insistencia.


Ve un paso adelante

Antes de interactuar con el manipulador, prepara lo que le dirás tomando en cuenta las situaciones pasadas y enfocándote en el objetivo de la conversación. Así estarás más preparado y evitarás caer en sus chantajes.

Asimismo, ante la agresividad y faltas de respetos, lo ideal es retirar la atención, marcar límites y hacerse respetar.

En este caso, debemos ejecutar una defensa asertiva: sin agresividad, pero tampoco sin ceder, ni disculparse. Por ejemplo: “Sabes que te respeto mucho, que para mi eres como un padre, mi mentor, y no puedo verte como otra cosa. Eres como un padre para mi” Y repetirlo como un disco rallado manteniendo y buscando distancia corporal.

 

Ten en cuenta tus derechos en todo momento

Siempre recuerda que tienes derecho a: ser tratado con respeto; a rechazar peticiones sin sentirte culpable; a expresar tus sentimientos; a cambiar de opinión; a decidir qué hacer con tu cuerpo, tiempo y propiedad; a cometer errores y responsabilizarte de ellos; a que tus necesidades sean tan importantes como las de los demás; y hacer lo que quieres siempre y cuando no vulneres los derechos de los otros.

 

Cuando el manipulador es un ser querido

Por otro lado, si has descubierto a un manipulador en tu círculo íntimo (familia, amigos, trabajo, estudio, barrio), protege a los demás de forma discreta pero certera.

Asimismo, en lo que se refiere al propio manipulador, siempre es recomendable hacerle ver que sus actos tienen consecuencias. Es aconsejable darle alternativas, invitarle a hacer cambios e incluso a buscar ayuda profesional.

Detrás de estos comportamientos hay trastornos que requieren de una atención especial. No obstante, no siempre es fácil generar un cambio en positivo en este tipo de personalidades. De ahí, que lo esencial sea salvaguardar nuestra integridad emocional y psicológica.

 

Pero hay una forma de manipulación de la que casi nunca oímos hablar y que me gustaría hoy introducir en este podcast El Perspecticidio ya que es una de las formas de manipulación más peligrosas.

 

El perspecticidio es una técnica de manipulación en la que una persona somete a otra a su total dominio. Es muy típico en las sectas, pero no son los únicos que lo utilizan.

 

¿Qué es el perspecticidio?

La palabra perspecticidio es un neologismo, aunque se usa desde hace tiempo para hacer referencia al lavado de cerebro al que sometían a los prisioneros de guerra. Además, también se ha utilizado este término para explicar los mecanismos psicológicos que hacen que las personas acaben “atrapadas” en sectas.

Consecuencias del perspecticidio son la pérdida de perspectiva, llegando a interiorizar incluso el pensamiento de que no tenemos derecho, porque no somos válidos, a tener nuestras propias opiniones. 

Así, a través de este fenómeno, podemos llegar a perder la propia perspectiva y a olvidar qué es lo que creemos por nosotros mismos.

De esta forma, acabamos adoptando las ideas, metas u objetivos de la persona que nos está intentando dominar.

 

A raíz de todo ello renunciamos a nuestros deseos y necesidades e incluso acabamos perdiendo la propia identidad o el propio sentido del “yo”.

 

 ¿Cómo funciona el perspecticidio?

 El fenómeno del perspecticidio conlleva una relación abusiva, de control, dominio y manipulación por parte de una persona hacia otra (o hacia un grupo de ellas).

 Con el paso del tiempo, la persona que sufre el perspecticidio, es decir, la “víctima”, acaba cambiando su forma de pensar y actuar, influenciada y hasta dominada por la persona que actúa sobre ella.

Así, el manipulador o manipuladora (el que comete el perspecticidio), acaba definiendo el mundo de la persona a la que somete. Determina y decide cómo esta debe pensar y actuar, vestir, con quien debe relacionarse, y por supuesto, la relación que se configura entre ambos.

Como vemos, no se trata de una influencia mutua o bidireccional en la relación, en la que las dos partes ejercen su dominio o su “rol”; en este caso, hablamos de una relación unidireccional de sometimiento, control y dominio. Es decir, de una de las partes (manipulador) a otra (víctima o persona sometida).

 

Restringe el mundo de la víctima

El manipulador, de forma progresiva, acaba “lavando el cerebro” de su víctima, hasta que esta pierde por completo su identidad y acaba actuando como el primero desea.

La persona sometida pierde hasta su capacidad para decidir, ya que el manipulador va restringiendo poco a poco su mundo.

Así, la víctima es recluida lentamente en un entorno cada vez más reducido, y se va aislando hacia el mundo del otro.

 

¿Qué consecuencias tiene esto?

 Que la persona no puede recibir el apoyo, la ayuda o el feedback de lo que está ocurriendo por parte de las personas de su entorno (porque está cada vez más aislada).

En definitiva: sus seres queridos no pueden alertarla del peligro que corre.

El manipulador lo que hace es imponer su propia visión del mundo y sus ideas, y esto es lo que acaba resultando significativo en el mundo de la víctima.

 

Estrategias del perspecticidio

El perspecticidio puede darse tanto en relaciones de pareja como en relaciones de amistad, familia y como no, en las sectas.

Algunas de las estrategias o acciones empleadas por la persona que ejecuta el perspecticidio son las siguientes:

  • Controla obsesivamente a la víctima.

  • Es quien fija los términos y las “normas” de la relación.

  • “Decide” cómo la víctima debe invertir su tiempo (y con quién).

  • Cambia el autoconcepto de la víctima y hasta su manera de ser.

 

¿Estoy sufriendo perspecticidio?

¿Tienes dudas sobre si realmente estás sufriendo o no un proceso de perspecticidio? 

Te dejo algunas señales de alarma que podrían estar indicando que estás siendo sometido a este fenómeno por parte de un manipulador:

  • Te sientes cada vez más inseguro en tus decisiones.

  • Sientes que estás perdiendo los puntos de referencia.

  • Ya no te reconoces a ti mismo.

  • Te sientes incapaz de conseguir cosas por tu propia cuenta.

  • Te aplicas etiquetas negativas a ti mismo.

  • Empiezas a dudar de tus propias opiniones y capacidades.

 

Para poder decir que sufrimos perspecticidio, todos estos “síntomas” o señales de alerta los sientes a raíz de la manipulación, dominio o control por parte de otra persona.

Es decir, nacen como resultado de estas interacciones con el otro, no es que te sientas así “porque sí”.

Si sufres algunos de estos síntomas y tienes a alguien cerca que crees que te está manipulando, pide ayuda y aléjate cuanto antes de esta relación.

No es fácil salir de las “garras” de un manipulador, pero identificar estas señales y tomar consciencia de lo que está ocurriendo es el primer paso para ello.

Y como siempre las recomendaciones de libros y audiovisuales que pueden complementar el capítulo de hoy.

 

LIBROS:

Los Narcisistas y tú. De Julia Pascual.

De la manipulación afectiva al chantaje emocional Chediek, Silvia

Codependencia y Abuso narcisista. Eva Spencer

Nadia, de la violencia a la liberación. (Perspecticio) Marcela Sofía Jiménez


SERIES Y PELICULAS:

Nueve perfectos extraños (Nicole Kidman) 2021 Serie

Express (2022) Película.

El manipulador (2022) Película que dura 44 minutos. Hechos verídicos.

Los esclavos felices (perspecticio) Como captan las sectas.

La Ola. Película.

El camino al Balneario de Battle Creek. Con Antonhy Hopkins.

Si os ha gustado el artículo, recomendadlo a vuestros amigos, familiares o conocidos.

Helen Flix

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