Rituales que sanan
- Espai Helen Flix

- hace 3 días
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Por Helen Flix
Cerrar no es lo mismo que terminar
Cada diciembre parece invitarnos a hacer balance, qué logramos, qué faltó, qué deberíamos mejorar. Pero el problema de ese enfoque es que parte del juicio, no del sentido,nos obliga a medir la vida como una lista de tareas cumplidas en lugar de como una experiencia vivida.
En psicología simbólica, cerrar un ciclo no significa revisar lo que no hicimos, sino reconocer lo que fue. Sanar implica agradecer, no exigirnos.
El cierre de año puede ser una oportunidad para mirar atrás con ternura, integrar aprendizajes y liberar lo que ya no queremos cargar. Y los rituales —pequeños gestos con intención— pueden ayudarnos a hacerlo.

El poder de lo simbólico
Un ritual no es magia, ni superstición. Es un lenguaje emocional, una forma de convertir lo abstracto en algo tangible.Cuando escribimos, encendemos una vela o caminamos junto al mar para dejar ir algo, estamos comunicando al inconsciente que es momento de pasar página.
La mente necesita esos gestos para dar sentido al cambio. Sin ellos, lo viejo y lo nuevo se confunden, y seguimos arrastrando emociones, culpas o miedos de un ciclo al siguiente.
Por eso los rituales funcionan, porque le dan forma a lo invisible.
Rituales sencillos para despedir el año
No necesitas grandes ceremonias, solo presencia. Aquí tienes tres propuestas que puedes adaptar a tu manera:
1. Ritual del “agradecimiento”
Antes de cerrar el año, escribe tres cosas por las que te sientas agradecida, aunque hayan sido difíciles.El agradecimiento no niega el dolor, lo transforma en sentido.
Puedes hacerlo en un papel y guardarlo en una caja, o leerlo en voz alta frente a una vela encendida.Cada palabra pronunciada con intención es un acto de reparación.
2. Ritual del “soltar”
Escribe aquello que deseas dejar atrás: una preocupación, un pensamiento, una herida.Después, rompe o quema el papel con cuidado, respirando profundo mientras lo haces.
El fuego no destruye, purifica.Y el acto de “soltar”, cuando se hace consciente, libera espacio interior para lo nuevo.
3. Ritual de la luz
En la última noche del año, apaga todas las luces por un instante.Respira en la oscuridad y luego enciende una vela.Esa llama representa tu conciencia, tu claridad y tu esperanza.
Mírala un momento y repite mentalmente:
“Elijo comenzar de nuevo, con lo que soy y con lo que tengo.”
No es una promesa de perfección, sino de presencia.
De la exigencia a la ternura
Cada fin de año nos enfrenta a una pregunta esencial: ¿cómo quiero seguir?Y la respuesta no se mide en metas, ni en propósitos, sino en dirección interior.
Tal vez este año no cumpliste todo lo que esperabas.Tal vez perdiste algo o cambiaste de rumbo.Y, aun así, sigues aquí, más consciente, más humano, más tú.
El verdadero cierre no está en tachar pendientes, sino en reconciliarte con tu propio proceso.Porque no todo lo que no salió “bien” fue un error, a veces fue la forma que tuvo la vida de mostrarte otro camino.
Cierra el año con gratitud, no con prisa
Tómate un momento para respirar, mirar atrás con amor y decirte: “Hice lo que pude, y eso basta.”Ese es el ritual más sanador de todos.
Cuando el calendario cambie, no necesitarás un nuevo comienzo, sino una nueva mirada,la que nace del agradecimiento y no de la exigencia.
Feliz y venturoso 2026, te deseamos de todo corazón Luis y Helen.
Metadescripción (SEO):Cierra el año con calma, no con exigencia. En este artículo, Helen Flix propone pequeños rituales personales para transformar el balance en gratitud y sanar a través de lo simbólico.






Muchas gracias Helen